Us he deixat la versió castellana perquè és aquella en què vaig llegir Tagore per primer cop; el perfum de les llengües és per a mi quelcom essencial. En castellà vaig conèixer aquests versos, en castellà us els he de transmetre. Em sembla que així us faig més partícips del meu sentiment.
Las playas de todos los mundos
Aquest poema m’acompanya des que era ben petita. Ja el primer cop que el vaig llegir, vaig estimar Tagore; jo no devia tenir ni deu anys. Veniu tots a la festa de la innocent infantesa!
Joaquín Sorolla, Niños en la playa |
60
En las playas de todos los mundos, se reúnen los niños. El cielo infinito se encalma sobre sus cabezas; el agua, impaciente, se alborota.
En las playas de todos los mundos, los niños se reúnen, gritando y bailando.
Hacen casitas de arena y juegan con las conchas vacías. Su barco es una hoja seca que botan, sonriendo, en la vasta profundidad. Los niños juegan en las playas de todos los mundos.
No saben nadar; no saben echar la red. Mientras el pescador de perlas se sumerge por ellas, y el mercader navega en sus navíos, los niños recogen piedrecitas y las vuelven a tirar. Ni buscan tesoros ocultos, ni saben echar la red.
El mar se alza, en una carcajada, y brilla pálida la playa sonriente. Olas asesinas cantan a los niños baladas sin sentido, igual que una madre que meciera a su hijo en la cuna.
El mar juega con los niños, y, pálida, luce la sonrisa de la playa.
En las playas de todos los mundos, se reúnen los niños. Rueda la tempestad por el cielo sin caminos, los barcos naufragan en el mar sin rutas, anda suelta la muerte, y los niños juegan.
En las playas de todos los mundos, se reúnen, en una gran fiesta, todos los niños.
¡Otra tierra maravillosa!
Desprès de travessar una terra ombrívola i sense fites, quin consol quan veus que reprens el sender:
37
Creí que mi último viaje tocaba ya a su fin, gastado todo mi poder; que mi sendero estaba ya cerrado,
que había ya consumido todas mis provisiones, que era el momento de guarecerme en la silenciosa oscuridad.
Pero he visto que tu voluntad no se acaba nunca en mí. Y cuando las palabras viejas se caen secas de mi lengua,
nuevas melodías estallan en mi corazón; y donde las veredas antiguas se borran, aparece otra tierra maravillosa.
Tagore, R. Gitanjali (60 i 37)
Feliç retorn!
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