![]() |
Los estereotipos levantan muros y provocan desconfianza entre los diferentes grupos humanos |
Capítulo XIV. Enfrentamiento
Roger Bouchard se controló con facilidad y en pocos momentos era ya dueño de sí. Se dirigió a los terrestres afablemente a fin de quitar hierro a la desagradable escena que había tenido lugar.
-Bien, ahora ya saben la razón de que les haya convocado. Hemos de encontrar la manera de tratar con Koroj, y para ello lo mejor será que tengan presente todo lo que pasó en la base de Titán, en las investigaciones que nuestro grupo realizó y en nuestros diálogos con ustedes. Si hay alguna clave para solucionar el problema quizá la encontremos allí. Yo no he podido hacer más, de momento, aunque…
Radha ni siquiera le dejó terminar la frase.
-Vamos a ver. No sé si he entendido bien lo que ha ocurrido en esta sala. Corregidme si me equivoco. Primero, tenemos a tres personas, Bouchard, Sander y Mbeki, que afirman ser extraterrestres o algo por el estilo, y que se han arrogado la potestad de venir aquí a juzgarnos según unos parámetros que nosotros desconocemos y que ni sabemos de dónde han salido.
Sus tres antiguos subordinados levantaron la cabeza y mostraron diversos grados de reconocimiento en sus rostros. El tono de voz y la dura expresión verbal de la doctora Chatterjee les hicieron retroceder a los tiempos de la Mare Undarum, donde ella llevaba las riendas con total convicción y absoluta eficiencia.
-Segundo –continuó, algo más excitada-. Para que la cosa sea aún más rara, parece ser que hace diecisiete años ocurrió algo en Titán que lo que es yo, soy incapaz de recordar, y a nadie le preocupa este detalle -miró con cierto rencor a sus excompañeras de misión-. Aquellos sucesos nos han perjudicado en nuestra vida laboral y a algunos les ha destrozado la carrera e incluso la familia -a esta afirmación, Elaine y José sacudieron expresivamente con la cabeza en muda aprobación-.
Roger, como en su momento con Elaine, la dejó hablar sin dar el menor signo de inquietud. Solamente la observaba con atención y en un momento dado enarcó las cejas y después sonrió levemente. Lo que no contribuyó precisamente a calmar a la ingeniera.
-Tercero: durante este tiempo, estos tres exploradores, investigadores, espías o lo que sean se han paseado por nuestro planeta, han usurpado unas cuantas identidades, han engañado a las autoridades y nos han estudiado como a insectos -se detuvo un momento para tomar aire, y, como nadie la interrumpió, siguió en un tono aún más agresivo:
-Y cuarto, para acabar de una vez toda la historia, nos han condenado y, prácticamente, ejecutado. Sinceramente, Doctor-Bouchard-como-se-llame, si no me voy ahora mismo a denunciarlos a todos a la policía es porque ni siquiera sé qué iba a decirles para no acabar yo misma en un frenopático.
Elaine empezó a reaccionar justo entonces.
-Por Dios, Radha, cálmate y cállate. Intenta escuchar a Bouchard. Después de todo -y aquí su voz se hizo más aguda y adquirió una inflexión en extremo cortante- has sido tú, tú misma, quien ha insistido en que viniéramos, y de forma bastante fastidiosa y autoritaria por cierto, argumentando que aquí encontraríamos la clave de los sucesos de Titán. Y a las primeras de cambio te pones como un basilisco.
Radha se volvió furiosa hacia ella. Parecía una cobra a punto de atacar.
-Así que soy fastidiosa. No cabía esperar otra reacción de la indolente Elaine, la reina del buenrollismo. Por ahorrarte inconvenientes y desaires serías capaz de aguantar cualquier cosa. Todo por conservar la ecuanimidad y esa carita sonriente de pastorcilla de bizcocho.
Quinteros intervino. Aunque algo titubeante, se percibía un gran enojo en su expresión.
-Ya basta de tonterías, las dos… Vaya par de crías maleducadas. Será mejor que dejéis de hacer el ridículo y os pongáis a hablar como personas juiciosas… y no como lo que sois.
Esta última observación la lanzó con intenciones de dardo hiriente, pero Elaine ya se había disparado y ni se enteró.
-Quizá prefiero una pastorcilla a una marimacho dominante, no nos hace falta tu constante mangoneo, señorita Radharani.
Aiko se echó a reír.
-Caramba, Elaine, casi no te reconozco. ¿Dónde están tu expresión comedida y aquel tonillo santurrón que gastabas en la Mare Undarum? Bonita manera de dirigirte a tu amiga del alma. Radha sigue en su línea, no se puede negar. Y tú, José-san, quizá que te impongas un poco más, parece que nadie desea escucharte… siempre tan inútil en los momentos de conflicto.
-Tú te callas, devoradora de ballenas -los ojos de Radha relampagueaban.
-El paleocaníbal, la melindres, y la encantadora de serpientes… menuda compañía para dar lecciones a nadie -la respuesta de Aiko fue instantánea-. Sólo falta Gengis Khan el asesino de masas.
El asombro de sus compañeros ante estas afirmaciones ya no tuvo límites. Tres pares de ojos se clavaron en su rostro, pero Aiko no les hizo ningún caso. Ahora toda su atención se había enfocado hacia Bouchard:
-Muy bien, doctor, o quizá mejor, Jakork-san. ¿Está siendo exitoso el experimento?
-¿Qué?- José estaba sobrepasado por la situación- ¿Qué nos pasa a todos? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Por qué nos estamos enfrentando?
-Un pequeño regalo de Kanwal. Expresión de contenidos inconscientes. No está mal -Bouchard estaba tranquilo, aunque le rodeaba un cierto halo de amargura-. Una demostración de los instintos agresivos de su especie y de su falta de control, dirigido con toda intención para mi uso y disfrute. De acuerdo, un diminuto ajuste, y… ¿se encuentran mejor?
-Todas esas cosas horribles que nos hemos dicho…Nunca he pensado así -ahora era una Elaine balbuceante y desconcertada la que se dirigió a sus compañeros-. Perdonadme, os juro…
Radha sacudió la cabeza. Su rostro expresaba consternación, la escena había sido desagradable.
-Todos estábamos igual. No le demos más vueltas -se dirigió a Aiko-. Tú te has dado cuenta, ¿verdad? Por eso has dicho lo del experimento.
-No era normal. Me sentía como si un torrente de sentimientos escondidos se lanzara hacia mi lengua, y mi boca hablaba sola, desenfrenada, sin que yo pudiera controlarla. Y encontraba en todo ello una especie de placer insano… No es propio de mí, esa extraña emoción tenía que venir de algún otro sitio, o al menos -una extraña sonrisa iluminó las armoniosas facciones de la japonesa- lo llevaba bien escondido. Y ahora creo que quizá Jakork-san está probando un estímulo nuevo, como poner un queso francés a los ratones acostumbrados a roer cortezas de pan. O al revés. Y a ver qué pasa.
Los ojos de Aiko bailaban de risa, mientras sus compañeros la miraban atónitos ante aquella desacostumbrada forma de hablar.
-Muy inteligente, doctora Minamoto -Bouchard sonrió-. Como puede ver hay muchas formas de control, tiene usted una vena irónica muy sugestiva si se la incita adecuadamente.
-¡¿Otra vez?! -Radha, desconcertada, ya no sabía dónde mirar-. Están jugando con nosotros. Bouchard, lo siento, pero esto se acaba aquí.
-No, por favor. Lo lamento -Bouchard permaneció abstraído durante unos instantes-. Escuchen, vamos a reconstruir todo lo que pasó en Titán y lo que ha sucedido en la Tierra desde entonces. Estoy empezando a ver una pauta, nada de lo que se está viviendo en esta sociedad es irrelevante. Por el contrario, tiene un sentido y una finalidad que no puede estar más clara. Y yo estaba completamente equivocado.
Los cuatro le miraron desconcertados. Fue Elaine la que se atrevió a decir:
-¿Se refiere a las afirmaciones de Sander, quiero decir, de Koroj? ¿Sus palabras eran una simple constatación o cree usted que realmente está dirigiendo a la humanidad hacia un conflicto de forma intencionada?
-No se trata de un mero conflicto. Creo que está trabajando activamente para conseguir su destrucción como civilización y puede que como especie.
Los comentarios no se hicieron esperar.
-¡Es imposible!
-¡Qué monstruosidad!
-¿Qué razones tendría para desear algo así? -fue Aiko quien hizo esta pregunta.
-Muy sencillo. ¿Se han fijado en su afirmación, en cómo ha remarcado lo de precioso y desaprovechado planeta?
Hubo unos momentos de completo silencio. Parecía que todos los humanos contenían el aliento.
-¿Nos está diciendo que lo reserva para otros? -Radha fue la única que se atrevió a verbalizar lo que todos estaban pensando.
-Es la única explicación posible. Jamás he escuchado de Koroj un comentario anodino o sin sentido, alguien de su condición no habla porque sí.
-Por suerte se ha traicionado ante nosotros -ante el comentario de Quinteros, Bouchard meneó la cabeza.
-Lo dudo; mucho me temo que esto es lo que han decidido él y Kanwal, y ya ni siquiera le importa que yo llegue a saberlo. Porque está seguro de que no puedo hacer nada para impedirlo.
(Continuará)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada