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Una misión a Titán desencadena los acontecimientos en Una laguna en el mar de las olas |
Feia temps que no em decidia a escriure i publicar. Potser ha arribat el moment. És un projecte llarg que s'ha d'anar desenvolupant. A veure què en surt!
Una laguna en el mar de las olas
Por haber iluminado muchos momentos oscuros con sus maravillosos relatos
Por enseñarme a pensar más allá de lo evidente
Capítulo I. Laguna
A modo de introducción a nuestra historia, parece apropiado rescatar este pequeño artículo. Fue realizado por un grupito de alumnos de la Escuela Elemental Mamadou, de Ndiarem, en el SubSáhara Atlántico, para formar parte del trabajo inicial de una asignatura de Historia Contemporánea y como ejercicio de adaptación al hiplan. Los niños y niñas del nivel A escogieron el tema “Historia de la recuperación de la Astronáutica después de la Gran Catástrofe Oceánica”. Un poco ambicioso, pero no les salió mal. Este fragmento de trabajo escolar es sencillo, claro, y más exacto y objetivo que buena parte de las notas de prensa de la red mundial -casi siempre tendenciosas y sensacionalistas-. Y tiene la ventaja de la perspectiva, porque está escrita algún tiempo después del suceso, cuando ya se habían clasificado y ordenado todos los datos, pero no tanto como para no encontrar información apropiada y bien fundamentada.
« (…) Hace ahora dieciséis años, el día 14 de abril en TTD1, la nave interplanetaria Mare Undarum2 fue lanzada al espacio en dirección a Titán. La Tera Spaca Agentejo, o Agencia Espacial de la Tierra (la TSA) había proyectado una misión de reconocimiento de dos años de duración a fin de valorar la posible ubicación de una doble estación orbital/suelo para la observación de Saturno y como lanzadera hacia las exploraciones tripuladas del sistema de satélites de Saturno y Urano. Gracias a los nuevos métodos de propulsión espacial para motores de bioplasma llegaron a la órbita de Titán exactamente al cabo de 264 días, el 3 de enero.
» El 5 de enero a las 02:05:14 hora universal, la Mare Undarum desapareció de los radares de seguimiento y se perdió todo contacto con ella y sus cinco tripulantes durante siete días terrestres completos. El 12 de enero a las 17:22:15 reaparecieron en el mismo punto en que se les había detectado por última vez. Los cronómetros internos señalaban la misma fecha y hora del momento de su desaparición y en ningún caso se percibió la menor sensación de discontinuidad. Simplemente, astronave y tripulación se esfumaron durante 279 horas según el control de Tierra, mientras que en la Mare Undarum nadie, ni personas, ni ordenadores, ni instrumental, parecieron darse cuenta de ello.
» La resincronización supuso una terrible experiencia para los astronautas: su credibilidad profesional e incluso su honradez quedaron gravemente comprometidas. La misión se abortó y se preparó la vuelta a la Tierra para una revisión a fondo de instrumental y equipo humano al tiempo que los noticiarios sensacionalistas divulgaban con todo lujo de detalles inventados lo que dieron en llamar «La Misteriosa Laguna de Tiempo de la Mare Undarum».
» Su regreso a casa fue complicado porque la investigación se prolongó durante casi seis meses. Desde el 21 de septiembre (día del aterrizaje en la base mongol de Bosten) hasta el 15 de marzo del año siguiente, la tripulación fue sometida a infinidad de pruebas físicas y psíquicas, largos interrogatorios, controles exhaustivos de envejecimiento celular… mientras la nave era desmontada pieza por pieza. No se descubrió nada. Los cinco astronautas, tres mujeres y dos hombres, fueron apartados del servicio y vigilados durante años. Cuando, considerados de nuevo aptos, se les ofreció regresar, ninguno aceptó. Todos rehicieron sus carreras con mayor o menor fortuna, pero no les quedaron deseos de volver a hablar sobre estos acontecimientos, ni en revistas especializadas ni en medios de comunicación. Rehuyeron cualquier cuestión y se desvanecieron en la nada como si nunca hubieran sido los protagonistas del proyecto más ambicioso de su generación.
» El desastre de la Mare Undarum, aunque no provocó muertes como otras misiones desgraciadas, sí tuvo un impacto muy negativo en la exploración espacial. Muchos proyectos fueron retrasados o directamente suspendidos, y el envío de exploraciones a la zona extrajupiterina se demoró doce largos años. Sólo cuando los mandos de los ejércitos de Asia del Norte y Región de Tundras presionaron a la TSA y ofrecieron recursos y personal, se decidió continuar donde se había dejado. La misión militar Oceanus Procellarum3 (que al darse este nombre pretendió aparecer como una continuación natural a la misión previa) salió de Bosten hacia Titán con los mismos objetivos que un día tuvo la Mare Undarum. Todos los reconocimientos se llevaron a cabo sin grandes problemas, y se empezó la construcción de la estación orbital permanente Serenitatis 4, que servirá de apoyo para la proyectada base Titánide5. A esta fecha, los trabajos en la Serenitatis siguen adelante, cumpliendo los plazos establecidos con bastantes retrasos, y con algún que otro percance convenientemente disimulado.
» Y así fue como la opinión pública y los archivos oficiales cerraron el caso y nadie deseó ya saber nada de la inexplicable laguna de tiempo en que se hundió la Mare Undarum. Solamente los astronautas implicados deben recordar ahora cómo naufragó su carrera en ese malhadado mar. Nosotros queremos dejar aquí un cariñoso recuerdo para estos héroes desdeñados; hemos podido saber dónde se encuentran en la actualidad, y aquí los tenéis (en el documento original los niños añadieron sus retratos, tomados de una publicación del periodista científico de la revista Science-Plena, Mark Joseph Dyson, que en su momento se había ocupado del caso).
» Dra. Radharani Chatterjee, astrofísica e ingeniera aeroespacial, jefa de misión en la astronave y responsable del proyecto. En la actualidad trabaja en el Centro de Investigaciones Espaciales y Astrofísica aplicada de Bengala Dorada, en Ukka Kalakata (Región de Bengala Occidental).
» Dr. Iderbayarii Gantomor, matemático y físico, segundo de a bordo y responsable de derrota y cálculo de probabilidades. Actualmente, profesor titular de matemática aplicada y solución de problemas en la Universidad Científica y Tecnológica de Ulaanbaatar (Región de la Estepa de Mongolia).
» Dra. Elaine Suzanne Boissieu-Marchand, médico-psiquiatra y bioquímica, especialista en dinámica de grupos en confinamiento y situaciones límite, tercera de a bordo y responsable de la salud física y psíquica de la tripulación. Actualmente trabaja en el equipo multidisciplinar de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital General de Sarlat (Región de Aquitania - Suprarregión del Atlántico Norte Europeo).
» Dra. Aiko Tsukamoto-Minamoto, geóloga, subalterna, responsable de análisis del medio. Actualmente, investigadora en el departamento de Vulcanología en la Universidad Meiji de Nakano (Honshu-Archipiélago Japonés).
» Ingeniero José Florencio Quinteros Guayabi, subalterno, nanotecnólogo, responsable de telemetría y comunicaciones. Actualmente, ingeniero de segunda clase en la empresa regional ParanáCom, encargada de las comunicaciones públicas en Corrientes (Región de Avaparaná).
» Ellos fueron los últimos astronautas civiles de nuestra época, y deseamos que jamás sean olvidados».
(Continuará)
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1 Siglas de Tutmonda Tera Dato, Fecha Global Terrestre, en esperanto.
2 El nombre de la nave, Mare Undarum (Mar de las Olas), está tomado de uno de los «mares» situados en la cara visible de la Luna.
3 Océano de las Tempestades, uno de los «mares» en la cara visible de la Luna.
4 Serenidad, cuenca geológica en la cara visible de la Luna.
5 Forma de referirse a un Titán de sexo femenino.